domingo, 22 de julio de 2012

El futuro de la Televisión Digital Terrestre en México

Antes de que la televisión digital terrestre sea una realidad en el país, su futuro ya se encuentra comprometido. Las decisiones tanto de la Comisión Federal de Competencia como de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (CFT) están orientadas a reforzar el monopolio televisivo y de telecomunicaciones en manos de un solo operador: Televisa.

 


Así lo indica el hecho de que, contraviniendo el fallo de la Suprema Corte de Justicia sobre la llamada Ley Televisa en su artículo 28 A, a la empresa de Azcárraga se le permita usar los cuatro canales espejo en TDT para dar también otros servicios sin haber licitado por ellos.

Son 24 franjas del espectro que podrá usar, gracias a la multiprogramación. Por su parte, Azteca gozará de la misma prebenda con los 18 canales en su provecho.

La unión entre Televisa y Azteca a través de Iusacell no tardará en reforzar el monopolio, alzando con ésta las barreras a la entrada de nuevos jugadores de una manera inevitable. La empresa que quiera convertirse en la tercera o cuarta cadena tendrá que batallar mucho para obtener un segmento del mercado publicitario, ahora mismo en descenso.

Están pendientes de otorgarse 300 frecuencias de TDT en el país, supuestamente serían para armar una tercera cadena. Sin embargo el gobierno nada ha dicho de convertirla en una cadena pública o en varias regionales con el mismo carácter. Por la trayectoria histórica de quienes tienen en sus manos el poder para otorgar las concesiones, lo más probable es que ganará la licitación un grupo privado.

Por contraste los medios públicos han sido soslayados. Unos pocos se encuentran ya en la pista digital, por ejemplo el 44 de la Universidad de Guadalajara que en cuanto tuvo la concesión la echó a andar con buen éxito. Y se les ha marginado en materia de cuádruple play, ¿cuál sería la razón para no otorgarles la posibilidad de ofrecer telefonía local, internet y servicio de pago por evento? Con ello podrían llegar a ser casi autosuficientes sin tener que manchar su pantalla con anuncios.

En materia de fibra óptica el Estado ha desarrollado ampliamente la infraestructura. A finales de 2011, la CFE contaba con una red nacional de 38 mil 497 kilómetros destinada a incrementar la seguridad del sistema eléctrico. Sin embargo su potencial es mucho mayor y en el futuro puede utilizarse también para las comunicaciones de voz, datos y video, con lo cual quedaría implementada para dar servicios de telefonía, telecomunicaciones y televisión. A la fecha se ha dado una sola licitación de dicha red, adjudicada a mediados de 2010 al consorcio integrado por Telefónica (empresa española), Megacable (el segundo sistema más grande de cable del país) y Televisa a un precio irrisorio en relación con las posibilidades de obtener utilidades: 883 millones de pesos.

Frente a una política de entrega continua de las viejas y nuevas tecnologías a un consorcio, que ya es dominante en el mercado mexicano, lo que sigue es lo sucedido en Italia hace algunos años con Mediaset, de Berlusconi: el acaparamiento de la comunicación y del poder político por un solo grupo empresarial.


Nota de
FLORENCE TOUSSAINT en Proceso

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